Con un récord de más de 1.500.000 visitantes durante el año y medio que estuvo abierta al público, además de recibir la visita de grandes personalidades internacionales y nacionales del mundo de la política y los derechos humanos, la exposición El Testigo es hoy un punto de referencia para la comprensión, reflexión y discusión profunda de la paz y el posconflicto en Colombia.
“La exposición mantiene el tono ético de Jesús Abad Colorado, en el cual no acusa ni toma partido sino que invita a la responsabilidad colectiva de la dolorosa historia que ha atravesado al país y a una reconciliación para fomentar la esperanza y la reconstrucción”, afirma la profesora María Belén Sáez de Ibarra, curadora y directora de la Dirección de Patrimonio Cultural de la UNAL.
Agrega que “la muestra se presenta con el rigor científico de este periodista, pero al mismo tiempo con el afecto y el sentimiento que lo caracterizan: un retrato amoroso que apuesta por la esperanza y la dignidad humana evocando la reconciliación como una invitación a ponernos en la piel del otro”.
Son más de 500 fotografías en blanco y negro y color, muchas de ellas inéditas, capturadas entre 1992 y 2018, y cuyas historias van hiladas en un discurso construido de forma colectiva y académica, con un equipo que acompañó a este “testigo” durante meses, aunque están narradas en primera persona. Igualmente está apoyada por recursos multimedia, proyecciones en gran formato, mapas, cifras, estadísticas y resúmenes de estudios realizados por el Centro Nacional de Memoria Histórica y la Unidad de Víctimas.
La muestra está dividida en cuatro salas: “Tierra callada”,“No hay tinieblas que la luz no venza”,“Y aun así me levantaré”y“Pongo mis manos en las tuyas”, cada una de las cuales muestra diferentes realidades del conflicto armado del país como el desplazamiento, la desaparición forzada, la violencia en civiles y las manifestaciones por la paz.
La exhibición no pretende abarcar todo el territorio ni toda la historia del conflicto armado nacional, sino construir desde la particularidad, desde los fragmentos de esa parte del país que Colorado ha documentado, desmarcando a las víctimas de la identidad colectiva que ha fomentado su invisibilidad, para identificarlas como personas únicas.
Ovarios Calvarios
Esta instalación artística es una visita al mundo creativo del grupo musical Aterciopelados, dispuesto para aliviar un trauma colectivo que no es visible, que no tiene rostro ni nombre, que se mantiene silente para y por muchos.
A través de las delicadas creaciones de cerámica de Andrea Echeverri, los personajes que ella ha creado de sí misma, además de música, videos, vestuarios e imágenes, se construye una puesta en escena barroca en la que el estilo dulce, colorido y pop de Aterciopelados acoge con un flagelo tan duro como la violación.
Acompañados de las potentes voces de cantantes activistas como La Muchacha, Vivir Quintana y Las Añez, Aterciopelados presenta tres nuevas canciones que rinden homenaje a la valentía de esas mujeres que se han atrevido a denunciar y ayuda a visibilizar uno de los crímenes más terribles contra la mujer.
Estampadas en la entrada, un coro de vaginas recuerda al unísono que ¡No se viola! y preparan al visitante para un recorrido por un espacio que es denuncia y es amor. Adentro, la cerámica expresiva de las creaciones de Andrea Echeverri –que resalta la cultura popular colombiana– se toman el primer piso del Claustro de San Agustín.
Una muestra enmarcada por 8 rostros gigantes que erigen su dignidad y su dolor en las paredes de la primera sala; 8 caras que observan atentamente al espectador mientras lloran lágrimas de colores.
El horario de visita a esta exposición permanente es de miércoles a domingo, de 10:00 a. m. a 6:00 p. m. El 31 de diciembre de 2021 y el 1º de enero de 2022 estará cerrado.
Aunque la entrada es libre, siguiendo las disposiciones del Ministerio del Interior se pedirá carné de vacunación en la entrada.
Redactado por: Universidad Nacional de Colombia
Mayor información: agenciaun@unal.edu.co