Esta Sede, una de las que más ha avanzado en proyectos de sostenibilidad de la UNAL –como paneles solares, movilidad eléctrica y calidad del aire–, completó la primera fase de uno de los edificios de la Facultad de Minas y de otro de Ciencias Agrarias.
Este proceso incluyó un sistema de gestión integral de agua y energía, que consiste en unificar las acometidas de agua potable, hacer adecuaciones a los sistemas hidráulicos o hidrosanitarios –que representan pérdidas del recurso por fugas, que estaban obsoletas o en mal estado– y recoger y aprovechar las aguas verdes (lluvias).
En el edificio M2, las aguas lluvias se utilizan para la zona de experimentación del Laboratorio de Hidráulica, uno de los que más consumen agua, y luego para su recirculación final en las baterías sanitarias. Más adelante se tiene prevista la implementación de sistemas de medición de agua lluvia y consumo de agua potable.
En cuanto a energía eléctrica, el sistema de gestión integral contempló la unificación y estandarización de la subestación y de los cuartos técnicos, adaptados a las nuevas tecnologías de energías renovables y a la normativa vigente. En este aspecto, se cambiaron las redes de potencia y se unificaron las de telecomunicaciones, se implementó la tecnología led en iluminación, además de sistemas de control de acceso, de detección de incendios y de medición.
Automatización y control de computadores
“En los edificios piloto se tienen proyectados otras dos fases: automatización y control de los sistemas instalados, con el fin de controlarlos remotamente desde un servidor o computador para hacer más eficiente la climatización, la iluminación y el control de los espacios, lo cual redundará en optimización de recursos: energía y carga térmica de los espacios”, explica el ingeniero Juan Pablo Suarique, coordinador funcional del proyecto integral de campus sostenible.
Señala además que “el propósito es seguir con otra de las edificaciones de mayor uso poblacional (cerca de 36) con la que cuentan los campus urbanos de la Sede Medellín y terminar las fases planteadas en los dos pilotos mencionados.
El proyecto, que surgió de la iniciativa planteada por la profesora Verónica Botero, actual decana de la Facultad de Minas, inició en 2020, con el fin de implementar modelos de gestión integrada y automatizada en los sistemas de iluminación, energía, agua, climatización y seguridad de la infraestructura existente, para transformar las edificaciones smart building en los campus de la UNAL Sede Medellín.
Los edificios propuestos como “pilotos” de esta modalidad se constituyen en modelos de gestión de la demanda hídrica y energética, en los que se tiene la capacidad de estimar proyecciones de consumo y reducción de este por cambios de tecnología.
Entre 2020 y 2021 el valor de la inversión de los sistemas de gestión de energía y agua fue del orden de los 2.200 millones de pesos en los dos bloques. “Por lo pronto estamos en el proceso de gestión de recursos y en definir si se avanza en nuevos edificios o se terminan las fases contempladas en los dos pilotos”, advierte el ingeniero Suarique.
Los objetivos específicos para transformar edificaciones de la UNAL Sede Medellín en smart building son, entre otros: implementar sistemas de generación fotovoltaica en los campus; implementar dos puntos de carga para movilidad eléctrica; realizar estudios técnicos para soluciones energéticas y consumo de agua en los campus urbanos; implementar sistemas de iluminación exterior e interior; e implementar modelos de gestión integrada y automatizada en los sistemas de iluminación, energía, agua, climatización y seguridad, de la infraestructura existente.
La aplicación de esta estrategia se traduce en disminución de consumo de energía y agua; adquisición de data para futuras proyecciones; investigación y proyección de autogestión de la demanda; mejoramiento de las condiciones de seguridad en normativa eléctrica para los usuarios del bloque; e implementación de eficiencia energética.
Según el ingeniero Suarique, se tiene estimada una reducción de 34,5 kg/mes de emisiones de CO2.
“Todas estas líneas de sostenibilidad están enfocadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030, pues el propósito de la Sede es potenciar adecuadamente esta iniciativa global, no solo para la Universidad sino también para la ciudad y el país”, destaca.
Recuerda además que con recursos del Fondo de Energías no Convencionales y Gestión Eficiente de la Energía (Fenoge) la Sede también logró financiar siete sistemas fotovoltaicos en sus edificaciones, a los cuales se suman dos financiados por la Universidad.
Redactado por: Universidad Nacional de Colombia
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